martes, 23 de febrero de 2016

             EL HUERTO MÁGICO

Érase una vez una familia llamada Thundermans. Formada por la madre, el padre y los dos hijos. Eran una familia alegre, simpática y siempre ayudaban a los demás. Los Thundermans tenían un huerto donde cada día plantaban cosas nuevas,  iban al pueblo todas las semanas a vender lo que plantaban para poder conseguir dinero.
       Un día ocurrió algo mágico, las plantas plantadas el día anterior ya habían florecido.  Estaban confusos, creían que el huerto era mágico.  Ellos se pusieron muy contentos así ¡podrían ir todos los días al pueblo a vender comida!.
 
         Al ser mágico, el huerto también hablaba. Un día los niños fueron a ver las plantas y el huerto les dijo: “hola niños” y los niños dijeron :”¿ quién nos habla ? “ y el huerto dijo : “yo el huerto” y los niños le preguntaron : “¿cómo puedes hacer que las plantas crezcan tan rápido?” y le dijo el huerto : “por vuestra alegría”.

El huerto continuó “también porque ayudáis a los demás, con el dinero que ganáis le dais un poco a los demás, por eso os ayudo a que las plantas crezcan más rápido”  dijo el huerto. Los niños respondieron “Gracias huerto además de ser mágico eres muy bueno”. “También sois vosotros muy buenos”, dijo el huerto.

La madre decidió dar gran parte de la cosecha al  Colegio Xove porque se había enterado de que daban la comida que plantaban a los niños pobres.

Un día, la madre fue al colegio y preguntó- ¿ dónde está la directora ? se lo pregunto a la conserje y la l conserje le dijo “están arriba en su despacho”, ¿ dónde está su despacho ? preguntó la mamá “te lo indico” dijo la conserje “subes giras a la izquierda y encuentras una puerta enfrente pues ese es el despacho”. La mamá  siguió las indicaciones que le dio la conserje y  picó a la puerta de Covadonga, la directora, que le dijo “pasa adelante y muchísimas gracias por regalarnos toda esta comida”.


Autora: Jessica Gallego

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